Aprender
cómo comunicarse en otro idioma, exige apertura a otras culturas y
cambio del individuo como tal: este proceso cambia la mente, el
cerebro y hasta la forma de pensar. La conciencia metalingüística
crece en el aprendizaje de otros idiomas y nos permite una auto
reflexión sobre nuestra cultura, forma de comunicación y habilidad
de cuestionar porque hemos decidido y definido ciertas cosas. Un
ejemplo: la llave: es femenina en español, masculina en alemán o
ninguno de los dos en ingles, afecta como los hablantes de cada
idioma (y sus culturas) entiendan el objeto como tal. Otro ejemplo
común estadounidense de cómo el idioma afecta la manera en que
vemos el mundo es el de los esquimales, quienes tienen más palabras
para nieve que los angloparlantes. El ejemplo muestra cómo las
palabras nos permiten entender el mundo de otras formas y darnos
cuenta que no se puede solo traducir entre idiomas ni siquiera por
algo tan cotidiano como el clima, porque los significados y
definiciones de las palabras no se intercambian simplemente sino
cruzando las culturas.
Hay
muchos beneficios cognitivos de aprender idiomas. El Dr.
Athanasopoulos, del Centro de Investigación en Bilingüismo de la
Universidad de Bangor en Gales, quien es investigador sobre el
bilingüismo dice que: “en adición de aprender vocabulario y la
gramática, estás también inconscientemente aprendiendo una manera
totalmente nueva de ver el mundo… Hay un enlace inextricable entre
lenguaje, cultura y cognición”. Therese Sullivan Caccavale,
presidenta de la red nacional de aprendizaje de idiomas extranjeros
desde temprana edad (EEUU), comenta que: “El aprendizaje de
idiomas extranjeros es más una actividad de resolución de problemas
al nivel cognitivo que lingüístico. Varios estudios han mostrado
que el aprendizaje de idiomas extranjeros aumenta habilidades de
pensamiento crítico, la creatividad y flexibilidad de la mente. Los
estudiantes quienes están aprendiendo idiomas extranjeros tienen
mejores resultados que los que no estudian en los exámenes modelos
de compresión verbal y matemáticas”. Desde hace mucho tiempo
están estudiando la conexión entre aprender idioma y Alzhéimer;
los monolingües reportan síntomas de Alzhéimer 5 años antes que
los bilingües. Martha G. Abbott, Directora de Educación por el
Consejo Americano de Enseñanza de Lenguajes Extranjeros (EEUU) dice
que además de efectos en el cerebro, también hay cambios
emocionales: “Los estudios dicen que los niños quienes estudian
idiomas tienen más empatía con quienes hablan otros idiomas y
vienen de otras culturas”.