lunes, 13 de octubre de 2014

Octubre, Mes de la Indignación - Cuento, historieta e imágenes



“El que en este país no esté indignado es que es parte del problema
o es que no entiende lo que está pasando en su país”

Vicent Navarro
¿Indignación? Pregunta Rogelio, el señor de la casa amarilla grande que está en la calle que sube al barrio...

– Vea mijo, si de indignación hablamos, podemos quedarnos aquí sentaos, hablando toda la tarde y no nos alcanza la taberna para contar lo que hay que decir...

Después de una bocanada de humo que llena todo el salón, el hombre más antiguo del barrio sigue diciendo…

– Vea mijo, si quiere que le diga, indignaos estamos todos desde que llegaron esos europeos a violar indias, a saquear nuestras tierras y a llevarse nuestro oro...

– Pero don Rogelio, eso fue hace mucho tiempo, dice el joven.



– ¿Mucho tiempo?, vea mijo, todavía nos saquean, todavía mijo... No es sino mirar lo que hoy llaman disque compañías multinacionales pa' que nos demos cuenta que se llevan nuestras riquezas ¿Y qué nos dejan? Enfermedades, hambre, miseria... de todo un poco.

El joven desconsolado se despide del viejo y parte para su casa. Entrada la noche, a la hora de la cena, el joven les pregunta a sus padres si ellos son felices. Los padres con el rostro de asombro se ríen nerviosamente y le responden:

– Mijo, gracias a dios tenemos un techo, un plato de comida y salud que es lo más importante.

El joven aún más confundido les pregunta si ellos alguna vez en la vida han llegado a indignarse, a lo cual responden de la forma más coloquial:

 – Claro que si mijo, quien no se indigna con este mínimo que no alcanza, con los altos costos de los servicios públicos, con las largas filas en el seguro y la mala atención en salud, pero qué vamos a hacer pues, al final una sola golondrina, por más indignada que esté, no hace llover.

Los padres se van, el joven queda solo, con ese vacío inmenso que se siente cuando se sabe que las cosas van mal, que están mal y es necesario cambiarlas. Él quiere decir tantas cosas, pero el tedio lo acecha. Quiere hacer tantas cosas, pero la indiferencia lo restringe. Quiere vivir tantas cosas, pero la rutina intenta maquinizarlo. Solo piensa en una cosa: salir a la calle y encontrarse con gente que piensa, vive y siente como él.

Ese joven es cualquiera, hombre, mujer, trabajador, desempleado, estudiante… usted que recibió este volante y lo está leyendo. Lo invitamos a indignarse, a tomar decisiones, a dejar la indiferencia a un lado, para tomar cartas sobre el asunto, y empezar a construir la Colombia que queremos. Tal vez una sola golondrina no haga llover, pero con seguridad que si nos unimos podremos generar fuertes tempestades.

Compañera, compañero, estas jornadas de indignación son por usted, son de usted y son para usted, porque vamos uniendo esfuerzos, para hacer de esta tarde gris una hermosa primavera.

HISTORIETA



 

 

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