El 24 de febrero de 1999, con dineros del Plan Colombia, fue
creado El Escuadrón Móvil Anti Disturbios (ESMAD). Con la excusa de evitar desórdenes
y de contener a las multitudes rebeldes, se ha especializado, con tecnologías
de muerte, en golpear, desalojar, violentar, reprimir y asesinar a campesinos,
indígenas, estudiantes, profesores, trabajadores, venteros ambulantes, jóvenes
y a todo aquel que se levante contra este injusto sistema y se interponga entre
los intereses de los ricos, siendo este escuadrón una pieza más del engranaje
represivo y terrorista del Estado colombiano.
En efecto, el colombiano ha sido, desde su conformación, un estado que además de declararnos la guerra abierta y frontal a todos/as las/os pobres de este país, ha utilizado la violencia sistemática contra la población. Un breve repaso histórico permite constatar la esencia criminal de quienes han manchado de sangre estas tierras, a saber: guerra de los mil días en donde la carne de cañón fueron los campesinos divididos en dos colores; estigmatización y criminalización de los sindicatos bananeros que desembocó en la más cruenta masacre obrera perpetuada por gobierno alguno; persecución racista y colonial
