domingo, 22 de marzo de 2015

¡Que no cesen las luchas urbanas!

Artículo extraido de http://poderyunidadpopular.org



 Por Ana Erazo*

A lo largo del proceso de urbanización en las ciudades del mundo, han surgido luchas sociales ante las problemáticas urbanas. Unas más contundentes, otras invisibilizadas; Muy pocas con trascendencia en el tiempo, pero que han logrado configurar acciones colectivas, con actores sociales que buscan reducir la ya compleja vida en lo urbano. 

Son diversos los estudios urbanos que demuestran que las ciudades latinoamericanas, poseen otras complejidades. Espacios marcados por el tardío proceso de industrialización, y ahora bajo las imposiciones del modelo globalizado. Ciudades Influenciadas por el capitalismo, que arrojó crecimiento desorganizado y algunas veces sin planificación. Y en Colombia, más complejo aun, marcadas por el desplazamiento forzado de las históricas violencias (la bipartidista y el conflicto social y político armado).

Todas estas problemáticas que se agudizan con el modelo de ciudad neoliberal: Una ciudad de Grandes Proyectos Urbanos, de privatización de servicios públicos, mercantilización de los derechos humanos como la salud y la educación, tercerización laboral y falta de empleo, y con acaparamiento de tierras desde el sector inmobiliario en coalición con el sistema financiero. Familias sin techo, sin agua para la vida, sin hábitat digno.

 Son múltiples las razones por las que luchar: vivienda y hábitat digno, movilidad pública, alza de precios en servicios públicos, altos impuestos prediales, reclamación de espacio público para el desarrollo de la cultura e identidad, participación política ciudadana y reconocimiento étnico y cultural. Todos estos aspectos, sumados a la exigencia de derechos sectoriales como la educación y salud pública, gratuita y de calidad, y el empleo digno.

Algunos ejemplos sobre luchas urbanas en los últimos tiempos, son las dadas por Los Indignados del 15M, los plantones y campamentos en el Wall Street, las revueltas, disturbios y bloqueos de Brasil en el marco del Mundial de Futbol. Y un poco más históricas, las de los piqueteros en Argentina.

En Colombia, los pobladores urbanos históricamente han dado luchas sociales enfocadas al tema de vivienda y a la reivindicación de derechos (educación, salud y empleo). Y en los últimos tiempos, demuestran cada vez más nuestro descontento. Según el CINEP, en el año 2013, periodo en el que se registró el mayor número de luchas (1027) desde 1975, diversos actores sociales realizaron huelgas, marchas, plantones, bloqueos, paros, etc., en las cuales los pobladores urbanos, fueron protagonistas en un 32% (1).

Éstas luchas fueron motivadas por Hábitat Digno “tener una vivienda con servicios públicos domiciliarios de calidad y con tarifas razonables, y un entorno caracterizado por un ambiente sano y una adecuada infraestructura física” (CINEP, 2014). Pero también, descontentos ante el mal servicio de las empresas privadas de servicios públicos, altos impuestos prediales y transporte público monopolizado. Lógicamente, también expresaron su apoyo al Paro Nacional Agrario y en contra de los ataques del ESMAD, la arremetida policial y militar. Expresiones cuyo entorno, fueron las plazas públicas de las ciudades.
 
Luchas urbanas por la gentrificación y el acaparamiento de tierras

El modelo que impera en las ciudades bajo la perspectiva de la globalización, implica la renovación urbana. Los centros fundacionales hoy se modifican bajo la mirada del inversor financiero y/o extranjero, enfocadas a la concentración de entidades administrativas locales e internacionales, como ministerios y embajadas, pero sobre todo, al mercado como los malls, grandes hoteles y vivienda desde el sector inmobiliario.

Renovaciones estas que generan procesos de gentrificación: el despojo y el desplazamiento de las históricas comunidades que han habitado el centro, por una nueva clase social. Así se evidencia en la lucha de pobladores de La Candelaria, Las Aguas y barrios aledaños en Bogotá; Y en San Pascual, el Calvario y barrios aledaños en Cali.

Por otro lado, históricamente las familias que no tuvieron techo donde vivir, se asentaron en terrenos baldíos (algunos privados), y ahí construyeron desde la Producción Social del Hábitat, sus barrios y/o asentamientos populares, en lo que se denomina la Urbanización Popular. Hoy estos espacios riñen con la pretensión de renovación urbana, y ha sido enfoque de desalojo desde los Planes de Ordenamiento Territorial. La búsqueda de tierra para el mercado, les lleva a escenarios donde dichas familias hoy poseen sus viviendas. Son múltiples las amenazas de desalojos, por ejemplo en Cali, en zonas como el Jarillón del Rio Cauca en Floralia, La fortuna, Brisas de los Cristales y Brisas de Comuneros. Terrenos que anteriormente no importaban, hoy son objetivo político - económico para continuar con el acaparamiento de tierras en lo urbano. 

¡Que no cesen las luchas urbanas! 

Como vemos, la mayoría de estas luchas sociales urbanas se dan por la tierra en las ciudades. Tierra para las viviendas, la infraestructura, servicios públicos de calidad y con precios justos. En concreto, tierra y territorio. Igualmente, pero con menos acciones, luchas por el transporte y el impuesto predial.
 Sin embargo, aún no se logra incidir de manera efectiva en la forma de construcción y administración de las ciudades. Las luchas sociales en el ámbito urbano, deben apuntar a la visibilización de las nefastas políticas administrativas, la configuración del modelo de ciudad que genera desigualdad y segregación social, y la agudización de la violación de los DESCA.

Pero mejor, debe ir más allá. Los pobladores urbanos que reconocen el modelo de ciudad neoliberal, deben tener como objetivo la configuración de un sujeto político urbano que tenga en cuenta la diversidad de los actores políticos. Un sujeto que se piense la construcción de planes de vida y ejerzan la construcción de vida digna en las ciudades desde el poder popular. Y esto solo se puede materializar, si nos articulamos en lo que se denomina el gran movimiento social y popular.

Las luchas urbanas no deben cesar, pero pensarse una ciudad alternativa, implica reconocer la importancia del poder popular desde el enfoque territorial, la incidencia en las Juntas de Acción Comunal y Juntas de Acción Local y demás instituciones, desde las veedurías, hasta la gobernación departamental. Implica la investigación y la acción, esto es, conocer la ciudad y pensar en la reforma urbana integral.

Hoy desde las organizaciones urbanas y fuerzas políticas que articulamos el Congreso de los Pueblos, y desde la curul del Senador Alberto Castilla, convocamos a acciones que nos conduzcan a consolidar el movimiento popular urbano. Para ello, nos encontramos dinamizando las campañas sobre Hábitat Digno, que se articulan a las audiencias senatoriales a realizar a mediados del presente 2015, con miras a visibilizar el déficit actual de viviendas, denunciar la ineficacia del programa de viviendas del Estado y el acaparamiento de tierras en lo urbano que actualmente el mercado, desde el sector inmobiliario, realiza. Pero lo más importante de esta campaña y las audiencias senatoriales, será que los pobladores urbanos de Colombia podremos seguirnos encontrando, hacia la constitución del movimiento social y popular por el derecho a la ciudad, que nos conduzca a la construcción de ciudades para la vida digna.
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1.CINEP (2014). Informe especial: Luchas Sociales en Colombia 2013. CINEP Por la Paz.

* Ana Erazo es Politóloga de la Universidad del Valle y Magister en Estudios Urbanos de la FLACSO. Pertenece al Equipo Político y Comité Ejecutivo de Poder y Unidad Popular, al Congreso de los Pueblos Cali y al equipo de trabajo político del Senador Alberto Castilla.

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